Chateaubriand me persigue
En contra de mi voluntad, decidimos pintar la estantería del comedor.
Cualquier actividad relacionada con el bricolage o tareas similares me aburren a los dos minutos de empezar a hacerlas, sin embargo, pintar siempre tiene un pequeño aliciente: Leer los artículos de los periódicos que están en el suelo para evitar manchar de pintura.
"El Acantilado rescata las memorias íntegras de Chateaubriand" titulaba El País en su página 44 del 14/12/2004.
Es evidente que este artículo me pasó desapercibido en el 2004 ya que si mi memoria no me falla, la primera referencia mental que tengo a Chateaubriand la registré gracias al "Libro de las ilusiones" de Auster leído en el 2006. Desde entonces, me he ido tropezando con él múltiples veces, de hecho, he tenido la caja con "Las memorias de Ultratumba" (sí, caja porque hablamos de 2.722 páginas) en las manos pero nunca me he atrevido con él.
Catalogado de libro maldito, decido que será el primer libro que lea del 2008, mientras, caen gotas de verde pistacho sobre el diario.